En la creación de este platillo, se ha incluido uno de los mariscos más valiosos y representativos de la región: la langosta. Preparada cuidadosamente con mantequilla de chiles y orégano, la langosta adquiere una profundidad de sabor que resalta su delicadeza natural y le aporta un carácter robusto y distintivo.

Para acompañar la langosta, he seleccionado espárragos trenzados, una hortaliza de alta producción en esta zona. Los espárragos, con su textura crujiente y su sabor ligeramente terroso, complementan perfectamente la riqueza de la langosta.

Además, el plato incluye una infladita de maíz con camote, que añade una dimensión reconfortante y ligeramente dulce. Esta infladita, inspirada en la cocina tradicional, aporta una base cálida y sustanciosa al conjunto del platillo.

Para unir todos estos elementos, se ha preparado una salsa de tomate cherry. Esta salsa fresca y ligeramente ácida, equilibra los sabores intensos de la mantequilla de chiles y orégano, al mismo tiempo que realza la dulzura natural del camote en la infladita.